Albufeira es la principal ciudad de referencia turística de la región del Algarve, algo que -en su caso- no resulta especialmente elogioso.
Albufeira se ha vendido al turismo masivo, a aquel que ocupa casi todos los locales del centro de la ciudad con restaurantes con cartas, productos y bebidas inglesas o los convierte en tiendas de artículos de playa o baratijas de recuerdo. Albufeira, en sus orígenes, podía ser un pueblo de pescadores con sus casas blancas y su iglesia en lo alto de la colina pero, a día de hoy, no deja de ser un pueblo con un centro de casas blancas e iglesias, vendido, abarrotado de turistas de sol y playa y que ha perdido todo el carácter de lo que podía ser el Algarve tradicional.
Para quien los restaurantes para turistas de chanclas y bronceador no sea un problema, tienen todavía la posibilidad de visitar las cuatro o cinco calles del centro histórico de la población. En temporada alta, quizá haya demasiada gente en los restaurantes y las tiendas, pero en temporada media o baja puede ser incluso agradable. El centro histórico de Albufeira es pequeño, pero pintoresco. Tiene una plaza central donde se han acumulado muchos restaurantes y tiendas, además de alguna discoteca que desentona con sus neones desde el primer piso de alguno de sus edificios, y una calle comercial que concluye en una pequeña cueva que da acceso a la playa de la ciudad, pequeña y casi siempre saturada de bañistas, pero muy agradable.
El resto de la ciudad vale bastante poco. Albufeira es una ciudad de hoteles, apartamentos y playas. Al norte de su centro histórico, ha surgido un núcleo de hoteles, apartamentos y centros comerciales dedicados principalmente a turistas de sol y playa y -en sus alrededores-, aparecen muchas playas rodeadas de pequeños complejos de apartamentos para turistas del norte de Europa, muchas veces rodeados por restaurantes, pubs y tiendas de artículos de playa dedicados a ellos.
Al este de Albufeira, por ejemplo, esta la freguesia de Olhos de Agua, rodeada de grandes playas y con muchos apartamentos. Al oeste, pasa algo parecido con otras entidades de población similares.
Albufeira es un lugar pensado, especialmente, para los turistas del norte de Europa que no buscan grandes complicaciones. Para ellos, o quienes les acompañen, lo mas fácil es acudir a alguno de las empresas de traslados directos desde el aeropuerto, que les evita pasar por Faro o acudir a alguno de los transportes públicos de la región. No es extraño, por tanto, que el transporte público entre Faro y Albufeira sea bastante malo.
El tren tiene su estación en Ferreiras, en el interior, a unos 6 kilómetros del centro, comunicada con la línea de autobús interna naranja. El autobús, por su parte, esta un poco mas cerca, a unos 2 kilómetros del centro histórico, pero tiene la parada en una terminal lejana del centro y bastante mal comunicada con el. Hay autobuses con cierta frecuencia a Faro, pero el recorrido de la mayor parte de ellos -salvo algunos que van por autopista- es bastante largo y pesado, ya que atraviesan y dan vueltas por Vilamoura y Quarteira.
Albufeira esta recomendado para quien quiera quedarse por la zona y disfrutar de sol, playas y ocio, sin ninguna pretensión histórica o cultural. En ese caso, seguro que se convierte en la opción más barata y cómoda. Para quien quiera algo más cultural o histórico, le decepcionara profundamente.