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Qué ver en el Algarve

El Algarve es conocida como la región más volcada al turismo de todo Portugal. Se trata de la región situada más al sur del país, y ocupa una franja de terreno de poco más de 150 kilómetros desde su límite al este con la frontera española y su límite al oeste con el Océano Atlántico.

Aunque posee una zona interior con una interesante riqueza natural, como se puede contemplar en la zona de la Sierra de Monchique, la región mira más hacia la costa, donde se encuentran la mayor parte de sus ciudades y de donde procede tradicionalmente la riqueza de la región. Antiguamente, gracias a la pesca y la industria conservera y, hoy, del turismo. No obstante, tanto una como otra zona nos ofrece una gran variedad de cosas que ver en el Algarve.

No obstante, aunque siempre se hable del Algarve como un todo, en realidad la región encierra muchas diferencias en pocos kilómetros que la hacen especialmente rica en contrastes. En pocos kilómetros pueden encontrarse ciudades dedicadas enteramente al turismo de masas de sol y playa, mezcladas con reservas naturales y con ciudades pequeñas que conservan el carácter y el ritmo de vida del pasado.

Las zonas de turismo masivo de sol y playa, por ejemplo, están principalmente concentradas en la zona de los alrededores de Albufeira, en la zona central de la región, y en complejos hoteleros aislados situados cerca de alguna playa. La presencia turística, a un nivel mucho menos invasivo, también es notable en Lagos, que aun así sigue conservando gran parte de su carácter tradicional.

Albufeira

Albufeira es una de las grandes ciudades de playa en el Algarve.

Por su parte, la costa del Este de la región está dominado por la presencia del Parque Natural de la Ría Formosa, lo que ha posibilitado que en ciudades o pueblos como Tavira se haya preservado más la estructura de la ciudad y la vida tradicional portuguesa.

Faro, la capital del Algarve, muestra una animada vida urbana y académica y es la mejor base para explorar la riqueza natural de las zonas naturales.

Quienes busquen restos históricos y disfruten con castillos y murallas podrán encontrarlas en los cascos antiguos de varias ciudades de la región, con Silves como la más emblemática de ellas.

Y, alejado de todo, los aficionados al surf o a las playas menos explotadas, pueden explorar Sagres, el Cabo de San Vicente y la Costa Vicentina del oeste de la región.

El Este del Algarve

El este del Algarve está condicionado por la existencia del Parque Natural de la Ría Formosa, que se extiende desde casi la frontera española hasta las proximidades de Faro y hace que los pueblos de la región no dispongan, en muchas ocasiones, de una salida directa al mar y a las playas, sino que ésta llega a través de alguna de las islas que componen el Parque Natural. Esto, que puede parecer un inconveniente a primera vista, ha servido para que muchos de ellos hayan podido evitar a los turistas de primera línea de playa y se hayan conservado de forma muy tradicional, atrayendo a unos visitantes –por lo general- de mayor edad y hábitos más tranquilos.

Desde Vila Real de Santo António –la localidad fronteriza con España-, hasta Faro, aparecen una serie de poblaciones costeras como Monte Gordo, Fuseta u Olhao, pero Tavira destaca sobre las demás. Se trata de una ciudad con antecedentes históricos de tiempos de los romanos, con presencia musulmana posterior, lo que ha dejado una pequeña zona histórica sobre una colina en el centro de la ciudad. A sus pies, el río Gilao parte la ciudad en dos, con un puente de origen romano en el centro, uniendo los principales barrios de la ciudad. Tanto en las calles que dan al río como en las vecinas, en las noches de verano se acumulan terrazas y restaurantes que llenan de vida el centro de la ciudad.

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Centro histórico de Tavira visto desde el río Gilao

Frente a Tavira aparece también la Isla de Tavira, a la que sólo se puede acceder por barco, recorriendo los canales del parque de la Ría Formosa, en la que hay kilómetros de playas de arena fina, con zonas muy poco frecuentadas.

Olhao es otra de las ciudades de referencia de esta zona. Está ya situada mucho más cerca de Faro y se nota en su estructura, mucho más urbana y moderna que la de Tavira, aunque conservando bastante bien el antiguo barrio de pescadores, en la zona cercana a la ría. Al igual que en Tavira, pese a tener una marina y dar –aparentemente- al mar, el agua que la limita al sur pertenece a la Ría Formosa, por lo que también es necesario tomar un barco para llegar a las cercanas islas de la Culatra o da Armona, donde también existen excelentes playas, como la do Farol.

Faro y Loulé

Faro es, en muchas ocasiones, injustamente ignorada por quienes visitan el Algarve. Para muchos turistas, la ciudad queda simplemente como un lugar de paso entre el aeropuerto y otros destinos en la región o como un nudo de transportes donde cambiar de autobús o tren. Parece como si la vida urbana de la ciudad –o también la relativa lejanía de las playas más cercanas- echara atrás a muchos visitantes.

Faro Portugal

Centro histórico de Faro.

En realidad, es un error, ya que Faro es una ciudad que dispone de un centro histórico amurallado, pequeño pero pintoresco, con una catedral digna de visitar; además de una zona peatonal y comercial que es de las más amplias en cantidad y calidad de tiendas del Algarve. Alrededor de todo este núcleo más o menos histórico se concentra la vida de una ciudad moderna, administrativa y universitaria; la más importante del Sur de Portugal. Es cierto, también, que la vida nocturna de la ciudad va al contrario que las del resto de la región y coge fuerza sólo al final del verano, cuando llegan los estudiantes. Pero eso debería hacerla aún más interesante para la temporada baja.

Aparte de su centro histórico, y la pequeña marina adyacente, Faro destaca también como punto de partida ideal para las excursiones por el Parque Natural de la Ría Formosa, ya que está rodeada de lagunas, canales, pequeñas islas y salinas, donde anidan muchas especies de aves –entre ellas los flamencos- y en las que, durante la marea baja, es frecuente ver a mariscadores recogiendo chirlas. Hay barcos turísticos con recorridos específicos por las marismas.

A muy pocos kilómetros de Faro, pero ya en el interior, aparece la ciudad de Loulé, que se disputa con Portimao el honor de segunda ciudad del Algarve. El hecho de estar situada lejos de la costa- aunque zonas como Quarteira y Vilamoura pertenezcan a su término municipal- le resta visitantes y atractivo, pero alberga una activa vida comercial y algunos restos de la presencia musulmana en la zona.

El Centro del Algarve

El Centro del Algarve es la parte de la región donde está más extendido el turismo de sol y playa tradicional y la presencia de visitantes de países del norte de Europa. Albufeira es la ciudad más representativa de la zona, en la que también se encuentran localidades como Quarteira y Vilamoura y bastantes complejos turísticos en zona de costa, pero aislados de las poblaciones principales.

Albufeira

Centro de Albufeira.

Albufeira es la idea tradicional que le puede llegar a la cabeza a quien no conozca el Algarve. Se trata de la capital del turismo masivo de sol y playa en la región, que ha perdido completamente las señas de identidad portuguesas para convertirse en una amalgama de tabernas, bares, discotecas y tiendas de artículos de playa y recuerdos. El caso es que el centro histórico del pueblo debió ser un día un lugar bonito. Un pueblo de pescadores en la costa, de casas blancas y un curioso túnel que dejaba paso a una pequeña playa en mitad del pueblo. Hoy, sin embargo, ese centro histórico está tomado por las tiendas y bares para turistas y sus alrededores son para hoteles con cientos de habitaciones y piscina o complejos de apartamentos. Tan sólo en sus afueras, como en Olhos de Água, se pueden encontrar colonias de pequeños chalets, destinados también a los visitantes extranjeros.

Quarteira y Vilamoura siguen la tendencia de Albufeira, aunque de una manera algo menos acusada. Son ciudades volcadas a la playa, que cuentan con numerosos bloques de apartamentos altos y tiendas para turistas. En Vilamoura, de todos modos, han intentado darle un toque algo más elitista a su turismo, con un puerto deportivo y un casino, pero su centro sigue siendo un lugar destinado a turistas de un nivel adquisitivo medio.

Sin embargo, fuera del centro de Vilamoura sí se ha conseguido atraer a los turistas de alto poder adquisitivo, con una oferta centrada en el golf y en los complejos turísticos de lujo. Complejos turísticos que tienen como referencia el de Vale do Lobo, a pocos kilómetros de Quarteira.

El Oeste del Algarve

La zona Oeste del Algarve es la más diversa en contrastes. Portimao es su núcleo urbano principal, aunque Lagos es la referencia turística. Tiene pueblos con encanto en el interior –Silves- y en la costa – Carvoeiro-, playas como la da Rocha que atraen turismo masivo y, al oeste de Lagos –ya lejos de la autopista principal-, se prolonga hasta llegar a los acantilados del Cabo de San Vicente y la pequeña ciudad de Sagres, en la misma punta de la Península Ibérica.

Lagos

Centro de Lagos.

Lagos es la referencia turística de la zona y, posiblemente, la ciudad que pueda resumir en sí misma todos los diferentes contrastes que se pueden encontrar en el Algarve. Por eso es especialmente interesante de visitar. Tiene un centro histórico peatonal muy agradable para recorrer a pie o sentarse en algunas de las terrazas de los muchos restaurantes ubicados en él, por lo que atrae a muchos turistas. Cuenta, además, con una buena variedad de pequeños bares y pubs, lo que atrae también a muchos jóvenes.

Sin embargo, el hecho de que no haya demasiados hoteles en la ciudad hace que el número de visitantes que se alojan en la ciudad sea bastante limitado. Esto también permite disfrutar de su parte histórica y cultural, con una zona antigua amurallada y varias iglesias que merecen una visita, de un modo muy relajado.

También, a pocos kilómetros del centro, Lagos cuenta con playas amplias y bien conservadas, por lo que es ideal para ir a tomar el sol. Es, por decirlo de alguna manera, un turismo muy bien integrado en el entorno tradicional portugués.

Portimao es una ciudad con bastante vida, pero da la espalda al turismo casi totalmente. Algún pequeño rincón de la ciudad, un museo muy bien rehabilitado y poco más. Más interesante resulta la Playa da Rocha, al sur de la ciudad.

Silves, por su parte, no tiene costa a la que aferrarse, pero sí un atractivo histórico importante, personificado en un castillo perfectamente rehabilitado y conservado en la parte alta de un pueblo tradicional, pequeño y muy agradable para pasear o sentarse a comer en alguno de sus restaurantes.

SIlves Algarve

Silves es un pueblo muy tradicional dentro del Algarve.

Finalmente, al oeste de Lagos aparece el Algarve menos frecuentado e inaccesible. Desde allí, por una carretera estrecha y no muy bien conservada, se llega a Sagres, un pequeño pueblo situado en el extremo occidental de la región, donde se puede visitar su fortaleza. Y, siguiendo unos pocos kilómetros hacia el noroeste, el Cabo de San Vicente, con sus acantilados y playas, ideales para la práctica del surf. Desde allí hacia el norte se extienden decenas de kilómetros de playas enormes y muy poco frecuentadas, con poblaciones como Carrapateira o Aljezur en sus alrededores.

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